Ahora que la Directiva de la UE sobre Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) es una realidad para muchas empresas, realizar una evaluación de doble materialidad es una de las tareas prioritarias que deben abordar los responsables de la elaboración del informe de sostenibilidad.
La evaluación de doble materialidad (ADM) es el primer ejercicio que deberán llevar a cabo las empresas que se preparan para el reporte bajo la CSRD. El ADM ofrecerá una visión clara de los riesgos y oportunidades y de los impactos clave de la organización.
Hay que tener presente que los informes de sostenibilidad estarán sujetos a auditoría limitada. Es por est motivo que las organizaciones deben contar con personal capacitado y procesos sólidos de gestión de la información de sostenibilidad, para asegurar la calidad del informe y superar con éxito el proceso de verificación.
¿Qué es la Doble Materialidad?
El ADM es un ejercicio de doble evaluación. Por un lado de los riesgos y oportunidades derivados de cuestiones ESG, que se presentan para la organización. En segundo lugar, una evaluación de los impactos que la organización causa en la naturaleza y en la sociedad y las personas. La primera, es la “materialidad financiera”, la segunda, la “materialidad de impacto”.
La evaluación de doble materialidad marca el inicio del reporte de sostenibilidad de la organización, ayudando a priorizar los temas relevantes que formarán la base de su estrategia de sostenibilidad. Es importante recordar que la evaluación de impacto considera tanto los impactos positivos como los negativos y que la materialidad financiera considera riesgos y oportunidades.
Retos del Análisis de Doble Materialidad (ADM)
Implementar un análisis de doble materialidad efectivo plantea una serie de desafíos que muchas empresas deben considerar y superar para cumplir con la CSRD.
1. Complejidad en la Identificación de Temas Materiales
El primer desafío radica en la identificación y priorización de temas materiales, un proceso que va más allá de los informes tradicionales de sostenibilidad. La doble materialidad requiere una visión holística de los factores que impactan en la empresa (materialidad financiera) y de cómo la empresa afecta a su entorno social y ambiental (materialidad de impacto). La falta de experiencia previa en estos temas puede dificultar la selección de temas relevantes y la identificación de sus implicaciones.
2. Limitación de Recursos y Capacidades Internas
Muchas empresas carecen de los recursos humanos o técnicos necesarios para llevar a cabo un análisis de esta envergadura, sobre todo aquellas que no han implementado prácticas de sostenibilidad previas o carecen de un equipo especializado en ESG. La doble materialidad demanda habilidades en recolección de datos, análisis de impactos ambientales y sociales, y coordinación con múltiples áreas de la empresa, así como con partes externas, lo que exige recursos adicionales y una inversión en capacitación.
3. Manejo de una Amplia Variedad de Partes Interesadas
Otro reto significativo es la necesidad de involucrar a un rango diverso de partes interesadas, tanto internas como externas, para obtener una visión completa de los impactos y riesgos de la organización. Esto incluye no solo a empleados, accionistas y directivos, sino también a clientes, proveedores, comunidades locales, grupos de la sociedad civil, reguladores y otros actores relevantes. La diversidad de intereses y perspectivas de estos grupos puede complicar el proceso y exigir una comunicación efectiva y continua.
4. Aseguramiento y Transparencia
Con la CSRD, los informes de sostenibilidad estarán sujetos a una auditoría limitada, lo que impone a las empresas la necesidad de garantizar la exactitud y transparencia en la información que recopilan y presentan. Establecer procedimientos de control y verificar la información puede resultar complejo para organizaciones que recién empiezan a adoptar un enfoque riguroso en sus informes de sostenibilidad.
Oportunidades del Análisis de Doble Materialidad (ADM)
Pese a estos desafíos, el análisis de doble materialidad también abre la puerta a una serie de oportunidades que pueden ayudar a las empresas no solo a cumplir con la CSRD, sino a fortalecer su resiliencia, su reputación y su posición competitiva.
1. Fortalecimiento de la Estrategia Corporativa de Sostenibilidad
La doble materialidad permite a las empresas tener una comprensión más profunda de los riesgos y las oportunidades vinculadas con los factores de sostenibilidad. Este conocimiento proporciona una base sólida para definir o ajustar la estrategia de sostenibilidad y alinear sus objetivos con las expectativas del mercado, mejorando la capacidad de anticipación y reacción ante cambios en el entorno, ya sea en términos regulatorios, ambientales o sociales.
2. Mejora de la Reputación y Atracción de Inversionistas
Las empresas que realizan una evaluación de doble materialidad exhaustiva pueden mejorar su reputación ante los consumidores, empleados, inversores y otras partes interesadas. A medida que la sostenibilidad adquiere mayor relevancia para los inversionistas, especialmente aquellos que buscan criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), una empresa que demuestre proactividad y transparencia en estos temas tiene una ventaja competitiva, haciendo que sea una opción más atractiva para la inversión.
3. Identificación de Oportunidades de Innovación y Eficiencia
Un análisis detallado de los impactos de la empresa y del entorno en que opera puede revelar oportunidades de mejora e innovación. Las empresas pueden identificar formas de optimizar sus procesos, reducir costos y mejorar su eficiencia operativa mediante prácticas sostenibles. Desde la implementación de tecnologías limpias hasta la mejora de la eficiencia energética o la reducción de residuos, las empresas tienen la oportunidad de adoptar prácticas que no solo reducen su impacto, sino que también generan ahorros y mejoras operativas.
4. Construcción de una Cultura Corporativa Comprometida con la Sostenibilidad
Involucrar a diferentes áreas de la organización y promover una mentalidad de sostenibilidad dentro de la empresa contribuye a crear una cultura corporativa que valora la responsabilidad social y ambiental. Esta cultura no solo mejora la moral de los empleados y su compromiso con la empresa, sino que también atrae a talentos que buscan trabajar en organizaciones con propósito y ética, lo cual es cada vez más importante en el mercado laboral actual.