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La huella ambiental de producto en moda y calzado: lo que viene y cómo prepararse

El pasado 16 de abril de 2025, la Comisión Europea dio un paso importante hacia una industria textil más sostenible. Ese día se aprobó el Plan de Trabajo 2025–2030 del Reglamento de Ecodiseño para Productos Sostenibles (ESPR), y una de las grandes protagonistas fue la ropa. Sí, los productos textiles —sobre todo las prendas de vestir— están entre las cinco prioridades clave en esta nueva hoja de ruta regulatoria.

¿Y por qué tanto foco en la moda? Porque su impacto ambiental es enorme: desde el uso intensivo de agua y energía hasta la generación de residuos y emisiones. El objetivo es claro: cambiar el modelo actual por uno más circular y responsable. ¿Cómo? Pues, entre otras cosas, obligando a que los productos textiles cumplan con una serie de requisitos de ecodiseño. Hablamos de criterios como la durabilidadthe reparabilidadthe contenido mínimo de materiales reciclados o la eficiencia en el uso de recursos. Todo esto se aplicará a lo largo del ciclo de vida del producto: desde la materia prima hasta su fin de vida.

Otra novedad interesante es la llegada del Pasaporte Digital de Producto, una especie de DNI ambiental del producto que contendrá información clave sobre su composición, impacto ambiental, posibilidad de reparación y reciclaje, etc. La idea es que tanto consumidores como empresas y autoridades puedan tomar decisiones más informadas y sostenibles.

PEFCR para moda y calzado: un marco estandarizado para la industria de la moda y el calzado en Europa.

Para que todo lo anterior funcione, hace falta una forma clara y común de medir el impacto ambiental de los productos. Y ahí entra en juego el PEFCR (Product Environmental Footprint Category Rules) para prendas y calzado. Esta metodología, publicada recientemente, está basada en el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) y sigue las normas ISO 14040 y 14044. En pocas palabras, permite calcular los impactos ambientales de forma estandarizada, rigurosa y comparable.

El PEFCR se centra en 16 categorías de impacto ambiental. Entre ellas están las más conocidas, como el cambio climáticothe uso del agua o el agotamiento de recursos, pero también otras menos visibles, como la toxicidad o la eutrofización marina. Y, muy importante: por primera vez, se incorpora de forma oficial la liberación de microfibras durante el uso del producto (por ejemplo, al lavar la ropa), un impacto cada vez más preocupante.

El documento incluye reglas específicas para 13 tipos de productos, como camisetas, pantalones, jerséis, abrigos y distintos tipos de calzado. Para cada uno, se tienen en cuenta aspectos como la funcionalidad, la duración del producto, cuántas veces se lava, qué pasa al final de su vida útil, etc. También se incorporan indicadores de circularidad, como el porcentaje de material reciclado, la posibilidad de reparación, la resistencia al desgaste o la facilidad de reciclaje.

Aplicar el PEFCR implica recoger diferentes tipos de datos:

  • Datos primarios obligatorios, como qué materiales se usan, cuánta energía se consume al fabricar, cuánto se transporta o qué parte del producto se puede reciclar.
  • Datos primarios opcionales, relacionados con si el producto se puede reparar, actualizar o reutilizar.
  • Datos secundarios, sacados de una base de datos pública (EF 3.1), que se pueden usar cuando no se dispone de información propia.

El PEFCR para moda y calzado es una herramienta muy útil para las empresas del sector. No solo ayuda a entender y reducir el impacto ambiental de sus productos, sino que también facilita la comunicación con clientes, distribuidores o reguladores. Adoptarlo es un paso estratégico para prepararse ante lo que viene: un mercado más exigente, consumidores más conscientes y normativas europeas más ambiciosas. Mejor empezar ahora que correr después.

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