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Packaging sostenible

Los envases sostenibles ofrecen la máxima funcionalidad con la mejor protección del producto, causan un daño ecológico mínimo y son lo más circulares posible. La circularidad de los envases es cada vez más urgente, ya que la Unión Europea exige una reducción en el uso de recursos, la reutilización de productos y envases y mayores cuotas de reciclaje de materiales. Además, está impulsando el uso de material reciclado como materia prima secundaria

El equilibrio entre la funcionalidad y las externalidades en los sistemas de packaging

El packaging desempeña un papel fundamental durante el ciclo de vida de los productos y materiales comercializados. Desde una perspectiva de análisis de ciclo de vida, se considera como packaging todo el sistema de embalaje que cumple alguna función durante las etapas de almacenamiento, distribución, venta y uso del producto. Un sistema de packaging puede ofrecer múltiples funcionalidades como mantener y proteger las cualidades del producto, garantizar su uso eficaz, ofrecer protección durante el transporte, brindar información o incluso atraer a potenciales compradores en el lineal del punto de venta.

Desde hace un tiempo, se ha puesto el foco en las externalidades negativas derivadas de los ciclos de vida de los sistemas de embalaje, especialmente en los impactos ambientales que generan sus residuos y en el desperdicio de recursos asociados a un bajo índice de circularidad (p.ej. envases no reutilizables, no reciclables y sin contenido reciclado).

La responsabilidad ampliada del productor apremia a los fabricantes a hacerse responsables de los impactos derivados del uso del packaging y de su residuo final, para todos los niveles del embalaje, primario, secundario y terciario. Es por esto que los fabricantes y envasadores deberían evaluar ambientalmente sus sistemas de packaging y tratar de diseñar sistemas teniendo en cuenta su sostenibilidad ambiental.

Evaluación de la sostenibilidad del packaging mediante Análisis de Ciclo de Vida

Desde Zirkel acompañamos a las empresas en la evaluación ambiental mediante Análisis de Ciclo de Vida (ACV). Esta metodología evalúa el impacto ambiental de un producto o servicio a lo largo de todas las etapas del ciclo de vida, desde la extracción y procesado de las materias primas hasta su fin de vida. El ACV permite obtener una visión detallada de las emisiones de GEI, el consumo de agua y energía y la generación de residuos a lo largo del ciclo de vida del embalaje. Mediante la aplicación de un ACV se podrán evaluar ambientalmente distintas opciones de diseño, como por ejemplo:

  • Evaluación ambiental de distintos materiales utilizados.
  • Cuantificación de la mejora de impacto derivada de una reducción en el peso de los materiales
  • Mejora ambiental asociada a la implementación de un sistema de recuperación y reutilización de los embalajes.
  • Impacto de la incorporación de materiales reciclados y/o reciclables
  • Comparación de la huella ambiental de distintos diseños de packaging, para un mismo producto

El ACV permite evaluar diferentes escenarios y alternativas, pudiendo comparar diferentes opciones y encontrar la solución ambiental más sostenible.

El imperativo del enfoque sistémico en el análisis de la sostenibilidad de los embalajes

Debido al vínculo de dependencia que existe entre un producto y su embalaje, es necesario tener en cuenta cómo afectará a las distintas dimensiones del producto, una modificación en el embalaje. Estas afectaciones pueden darse en la calidad y la durabilidad del producto o incluso en la decisión de compra que tomen los adquirientes. Todos estos aspectos deben incluirse en el estudio de un sistema de embalaje, con el fin de evitar el traslado de cargas ambientales a otras partes del sistema. Veámoslo con dos ejemplos:

  1. El uso de un material más sostenible puede conducir a una menor protección del producto, y esto incrementar el desperdicio alimentario en la cadena logística o en el hogar del consumidor. Si en un ACV de packaging solo se tuviera en cuenta la fase de los materiales y se ignorara la afectación en la durabilidad del producto, se podría estar obviando un traslado de impactos asociados a un incremento del desperdicio alimentario.
  2. Otro ejemplo es el caso de la reutilización. El uso de envases reutilizables permite evitar la extracción y procesado de nuevos materiales, amortizando en múltiples usos el producto o material original. Sin embargo, estos sistemas suelen incluir impactos derivados del transporte (retorno al punto de recarga) y mantenimiento (limpieza). Una evaluación de ACV con enfoque sistémico permitirá incluir todos los impactos añadidos por el uso de un envase reutilizable y obtener una comparativa de dos sistemas después de varios usos, pudiendo ver realmente si el nuevo sistema es más sostenible a largo plazo.

El modelo lineal en el que están basados los sistemas de producción y consumo es responsable de graves externalidades que afectan al medioambiente, desde las emisiones de gases de efecto invernadero, el agotamiento de los recursos o la degradación de la biodiversidad. Incorporar la perspectiva ambiental al diseño de los sistemas de embalaje, aplicando la metodología del Análisis de Ciclo de Vida (ACV), por ejemplo, permitirá reconducir estos impactos y mejorar la sostenibilidad de los productos que consumimos.