El despliegue de la regulación de la sostenibilidad empresarial en Europa, va a repercutir notablemente en los fabricantes de equipos originales (OEM). Las cadenas de suministro automotriz van a tener que incorporar herramientas de gestión para la obtención de las huellas ambientales de producto.
Marco regulatorio
El 28 de marzo de 2023, el Consejo de la UE adoptó el reglamento, que forma parte del paquete Fit for 55, por el que se establecen normas más estrictas en materia de emisiones de CO2 para los turismos y furgonetas nuevos. El reglamento incluye una disposición para el desarrollo a 2025, de una metodología común de la UE para evaluar el ciclo de vida completo de las emisiones de CO2 de los coches y furgonetas comercializados en la UE, que deberá comprender la fase de producción e incluir la fabricación de componentes.
Por otro lado, las directivas sobre sostenibilidad corporativa, (CSRD) y (CSDDD) exigen a las grandes empresas que divulguen, con un elevado nivel de detalle, sus políticas y medidas concretas con relación a la lucha contra el cambio climático. Esto incluye las medidas de gestión de la huella de carbono en la cadena de valor, con una repercusión notable en la cadena de suministro. Por lo tanto, los participantes en la cadena de suministro de los grandes fabricantes van a tener que proporcionar información sobre la huella de carbono de producto.
Los fabricantes de automóviles deberán evaluar el ciclo de vida completo de coches y furgonetos, incluyendo la fabricación de los componentes.
Ciclo de vida de un automóvil
El ciclo de vida completo de un vehículo comprende las siguientes etapas:
· Producción: producción de materias primas, fabricación de componentes y montaje de vehículos
· Well to Tank (WTT): ciclo de producción de combustible/electricidad
· Tank to Wheel (TTW): impactos debidos a las emisiones del vehículo durante su uso operativo
· Mantenimiento: impactos de las piezas de recambio y los consumibles
· Fin de vida: impactos/créditos de la recogida, reciclado, valorización energética y eliminación de vehículos y baterías
Esquematización del ciclo de vida completo de un automóvil. Elaboración propia
El reto para los OEM
Para poder medir las emisiones de la etapa de producción, los fabricantes de automóviles deberán disponer de las huellas ambientales de los componentes y por lo tanto, solicitarla a sus proveedores. Esto supone un reto importante para los OEM, que van a tener que establecer procedimientos y herramientas y destinar recursos al cálculo de la huella de carbono de producto.
En la práctica se dan dos enfoques de gestión de la huella de carbono de producto en los OEM, que pueden combinarse y alternarse en el tiempo:
Externalizar el proceso de medición de la huella ambiental: en este enfoque, la empresa manufacturera externaliza la evaluación ambiental a una consultora especializada en Análisis de Ciclo de Vida (ACV). Esta suele ser la opción preferida para tener la primera experiencia con ACV y para adquirir un primer conjunto de conocimientos y habilidades. La colaboración con una consultora especializada facilita la comprensión de la metodología y de los procesos de gestión.
Internalizar el proceso de medición de la huella ambiental: en este enfoque, la empresa manufacturera asume internamente la evaluación ambiental de su portafolio de productos. Normalmente esta opción se plantea después de haber colaborado con una consultora y de disponer de una base de conocimientos suficiente. También puede considerarse desde el inicio. Internalizar la medición de las huellas ambientales de producto supone la integración de herramientas de cálculo en la empresa (software genérico de ACV o herramientas de cálculo diseñadas ad-hoc) y la disponibilidad de profesionales con formación específica en ACV.